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REFLEXIONES. ‘Siria. Revolución, sectarismo y yihad’ de Ignacio Álvarez-Ossorio

21/04/17

No es frecuente en la historiografía española, y mucho menos en el ámbito del arabismo, encontrar obras en las que prime un empeño divulgador, tan extendido por otro lado y en todos los campos, en el entorno anglosajón. Es por tanto de agradecer la reciente publicación de la obra Siria. Revolución, sectarismo y yihad (Editorial Los Libros de la Catarata, 2016), último trabajo de Ignacio Álvarez-Ossorio, especialista en el mundo árabe contemporáneo y conocedor de primera mano de ese país. Pese a la cascada de noticias sobre el conflicto en Siria que a diario inunda los medios de comunicación de todo el mundo, persiste la confusión respecto a una confrontación que ha provocado la mayor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial y ha desestabilizado una región de frágiles equilibrios.

Los primeros capítulos del libro ofrecen una breve introducción destinada a contextualizar la revolución siria de 2011. Álvarez-Ossorio explica las principales características del régimen heredado por Bashar al-Asad de su padre, Hafez, y las políticas llevadas a cabo por éste tras su llegada al poder en un clima de inusitada expectación. De Bashar, joven y educado en el extranjero, el pueblo sirio esperaba principalmente reformas políticas que permitieran implantar un sistema multipartidista en el país. Por el contrario, el joven heredero se embarcó en un programa de liberalización económica que benefició principalmente a las élites e intensificó la desigualdad, mientras controlaba férreamente el aparato represor de un Estado consumido por la burocracia y la corrupción. Otros factores como la dura sequía que devastó el país entre 2006 y 2010 golpeando duramente a la agricultura, la llegada de un millón y medio de refugiados iraquíes o la existencia de un núcleo de población joven y sin expectativas (el 55% de los sirios censados en 2011 tenía menos de 25 años) culminaron en un clima de descontento generalizado, inflamado finalmente por la brutal represión del régimen ante las primeras señales de protesta popular. La ‘Primavera Siria’ estuvo pues marcada por una perversa dinámica. Ante el grito de “Dios, Siria, libertad y nada más” que cada viernes inundaba las calles de las principales ciudades del país en espontáneas o programadas manifestaciones pacíficas contra el régimen, éste sólo tuvo una respuesta: “O al-Asad o incendiamos el país”.

Los siguientes capítulos se centran precisamente en narrar la implantación de una solución militar por parte del régimen, empeñado en militarizar las protestas y mostrar que combatía únicamente contra una insurrección yihadista, lo que le permitía reprimir el activismo civil pacífico y mantenerse en el poder. La política de tierra quemada que instituyó entonces al-Asad incluye torturas y desapariciones, bombardeos y asedios, así como el uso de armas químicas -incumpliendo los principios fundamentales de la Convención de Ginebra, el Estatuto de Roma y otros acuerdos internacionales- de los que la obra de Álvarez-Ossorio ofrece cifras detalladas proporcionadas por ONGs internacionales como Human Rights Watch or Amnistía Internacional, así como testimonios de testigos presenciales.

A partir de aquí, el autor se centra en explicar con extraordinaria claridad la miríada de acciones, decisiones y reacciones que han desembocado en la situación actual. La respuesta armada del levantamiento opositor con la creación del Ejército Libre Sirio (ELS), la progresiva intervención de los actores regionales -encabezados por los países del Golfo, Irán y sus satélites como Hizbulah-, la gradual islamización de las milicias rebeldes, la sorprendente pasividad de la comunidad internacional… una deriva que se ilustra a través de la transformación de los lemas bajo los que la oposición siria fue convocando manifestaciones: del  “Protección internacional”, del 9 de septiembre de 2011, a “El mundo nos ha fallado. Dios nos dé la victoria” cuatro años más tarde.

De manera reveladora el relato se complica en los apartados dedicados a la fragmentación de una oposición que no ha contado de momento con un líder de consenso. Los intentos de unificar las filas opositoras, segmentadas por las luchas intestinas, situación agravada por las injerencias externas, se hicieron cada vez más complicados debido al avance de la guerra y a la devastación del país, lo que llevó a la atomización de las zonas bajo control de la oposición al régimen y a la extensión de las áreas controladas por el Frente al-Nusra, el Estado Islámico y otros grupos yihadistas más o menos radicales. El capítulo dedicado a la financiación, modus operandi, composición internacional e ideología del Estado Islámico y su expansión en Siria constituye uno de los más interesantes e informativos de esta obra. Según Álvarez-Ossorio los islamistas representan el enemigo ideal para al-Asad, ya que le permiten presentarse como un mal menor frente al radicalismo yihadista. El presidente sirio llegó incluso a excarcelar a cientos de presos yihadistas, entre ellos los líderes de los principales movimientos islamistas que, al cabo, terminarían “secuestrando la revolución siria”, aupados económicamente por aliados externos como Arabia Saudí.

Si el análisis de la fragmentación de la oposición al régimen sirio ayuda a desmenuzar los entresijos del conflicto, la magnitud del mismo sólo puede comprenderse bajo el prisma del “Gran juego regional” o “progresiva regionalización de la crisis siria”  -al que se dedica uno de los últimos capítulos- que ha transformado una contienda civil en una guerra por delegación con la presencia de tropas y milicias iraníes, libanesas, iraquíes, afganas, paquistaníes, turcas, saudíes, qataríes y emiratíes. A esta nueva “Guerra Fría” hay que sumar la intervención de Rusia y Estados Unidos, complicando aún más la situación que ha pasado a convertirse en un “rompecabezas de compleja solución”, en la que ningún bando tiene suficiente poder para imponerse a los demás. La catástrofe humanitaria, cuya magnitud no por conocida resulta más aceptable, ocupa las últimas páginas de la obra. Sin mencionar el número de muertos y desaparecidos, más de dos terceras partes de la población siria se ha visto obligada a abandonar sus hogares como consecuencia de la guerra, mientras la pobreza afecta al 85,2% de la población, lo que ha producido un flujo de refugiados sin precedentes en la historia reciente, provocando, además, graves problemas educativos o laborales en los países vecinos.

Todos estos factores hacen que el conflicto sirio sea la “crisis más peligrosa para la paz y la seguridad global desde la Segunda Guerra Mundial”, según Antonio Guterres, Alto Comisario de ACNUR en septiembre de 2016. La obra de Álvarez-Ossorio constituye pues una magnífica y necesaria introducción a una historia que, en palabras de su autor, aún está por contar y cuyas consecuencias son difíciles de predecir.

Ignacio Álvarez-Ossorio visitó la sede de la Fundación Tres Culturas el 24 de enero de 2016 para debatir sobre su obra y ofrecer un análisis de la situación actual del conflicto. El encuentro fue presentado por el arabista y profesor de la Universidad de Sevilla, Emilio González Ferrín. En el siguiente vídeo puede verse el evento completo.

Más información sobre la presentación en: https://www.tresculturas.org/noticia/presentacion-del-libro-siria-revolucion-sectarismo-yihad/

‘Siria. Revolución, sectarismo y yihad’ de Ignacio Álvarez-Ossorio está disponible en la  Biblioteca Fátima Mernissi de la Fundación Tres Culturas. El horario de atención al público es de lunes a viernes de 9:30 a 14:00 h. y los miércoles de 16:00 a 18:30 h.

Para un análisis histórico sobre la Siria contemporánea y el régimen de al-Asad recomendamos la lectura de la revista culturas editada por la Fundación Tres Culturas coincidiendo con el décimo aniversario de la llegada al poder de Bashar Al-Asad y a la que Álvarez-Ossorio contribuye un artículo.  El número completo está disponible en el siguiente enlace: http://revistaculturas.org/archivo/siria-10-anos-de-bashar-al-asad/

Publicado el 21/04/17

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